FUTUROLIGÍA

2015.- Inicio del CAOS.

El invierno ha sido duro. El paro ronda el 45% de la población en España. Se han seguido destruyendo empresas y muchos trabajadores públicos han sido despedidos. 2.000.000 de familias en el Estado español no reciben ningún ingreso .La “economía informal”, como la llamó Montoro en 2012, es habitual. La gente hace lo que sea para sobrevivir. El cultivo y la venta de marihuana se toleran, las incipientes medidas contra prostitución han quedado en el olvido y ahora se ven muchas chicas españolas ejerciéndola, otras actividades ilegales florecen. Las pensiones llevan “congeladas” desde 2011. La esperanza de vida se ha acortado sensiblemente: por los recortes en sanidad. Los cánceres ya no son tratados si no pueden ser operados inmediatamente y solo reciben quimioterapia los que han sido operados, salvo que se tenga dinero; el malestar social ha ido creciendo. Rajoy afronta su último año de legislatura con una creciente desconfianza por parte de la gente. Más recortes, más recortes, más recortes ha sido la cantinela que los ciudadanos han oído en los últimos cinco años por parte del Gobierno.
Los niños van a la escuela en las mismas condiciones que en los años 60 del siglo XX; la falta de calefacción ya es lo normal en la mayoría colegios públicos, en cualquier Comunidad Autónoma. El material escolar empieza a escasear, los ordenadores son viejos y hace tiempo que no se renuevan. Las Universidades están medio vacías. En las grandes aulas para acoger 200 o más estudiantes se oye el eco de la voz del profesor. ¿Ayuda a la dependencia? ¿Trabajos sociales? ¿Ayuda a discapacitados? Ya nadie se acuerda de aquello. En estos sectores de población la mortalidad aumenta a pasos agigantados. Los recortes han sido brutales. Tanto por lo caída de las ingresos del Estado como por tener que destinar la mayoría del presupuesto al pago de la deuda. En los últimos años ha aumentado el presupuesto en seguridad. Más policía, más ejército.
Los meses de invierno han sido extremadamente fríos. Cada vez más personas se encuentran sin hogar. Los embargos hipotecarios han ido creciendo y los desahucios han afectado a la gran mayoría de los parados ya. Muchos están sin hogar. Por primera vez, desde las asociaciones contra los desahucios hipotecarios han llamado a la ocupación de viviendas vacías propiedad de los bancos. En las redes sociales circulan las direcciones que las viviendas que son propiedad de bancos, especialmente de los nacionalizados o propiedad del “banco malo” por considerarse propiedad pública. El gobierno desde el primer momento ha tratado de reprimir estas acciones, cediendo a las presiones de las entidades financieras que ven en peligro todavía para sus balances. Con la primavera llegan los desalojos de las viviendas ocupadas. Cada vez más personas de todas las edades acuden a tratar de impedir estos desalojos, pero la policía se emplea con mayor violencia. Los antidisturbios no solo tienen carta blanca para machacar, se les incita a hacerlo, para ello por cada acción “de represión de la violencia” en la que participan cobran una prima. Tanto es así, que son los únicos funcionarios que mantienen o superan el salario de 2012, ello por esos extras. Los heridos en las acciones policiales no acuden a los hospitales, el Gobierno decretó que se les cobrara por la atención médica en los hospitales públicos y no es extraño que la policía entre en ellos llevándose detenidos a los heridos.
Crece la inestabilidad social. Un grupo de ciudadanos cada vez mayor empieza a creer que las manifestaciones pacíficas, aunque siguen la norma general a pesar de las palizas policiales, no sirven de nada. En internet en diversos foros empieza hablarse de lucha violenta. No se quiere ejercer la violencia contra las personas, pero sí cunde la sensación de que hay que dañar a los bancos, a los que se aprovechan de la crisis y los edificios públicos dónde, según ellos, los políticos cada vez se atrincheran para “joder” al pueblo. En verano empiezan los primeros ataques. Se coordinan las acciones, la primera tiene lugar en julio y en una noche arden miles de cajeros automáticos en toda España. Algunos consiguen introducir cócteles molotov en las sucursales causando graves daños. El Gobierno dice que el ataque es terrorista y se castigará severamente a los instigadores de las acciones y a los que las han llevado a cabo. Serán considerados actos terroristas, y anuncia, otra más, una reforma del código penal para agravar las penas. En los últimos años se ha dejado de perseguir a delincuentes comunes para perseguir a los incitaban a manifestaciones, ahora se prevén cada vez más acciones. La gente rica, empieza a aumentar la seguridad en las urbanizaciones. Temen acciones contra ellos.
En los siguientes meses hay más ataques a entidades bancarias, esta vez no se queman cajeros solo, se queman oficinas y se trata de asaltar las cajas fuertes. El botín será repartido entre los más necesitados. En un ambiente de alta tensión se convocan las elecciones para noviembre. Las redes sociales arden en proclamas para boicotearlas. A los mítines acude menos gente que en las elecciones habidas hasta entonces. Hay manifestaciones contra todos los partidos, pero especialmente contra el PP y el PSOE. En los primeros mítines grupos de personas entran en los recintos para reventar los actos y la policía se emplea con contundencia. En los mítines se aumentan las medidas de seguridad y se obliga a que los asistentes se identifiquen con anterioridad. La tensión aumenta a medida que se transcurre la campaña. La última noche de campaña arden los primeros edificios públicos en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao... En todas las capitales de provincia y en muchas ciudades hay disturbios más o menos intensos, más o menos violentos. El Gobierno declara el “estado excepción” y manda el ejercito salir “a restablecer el orden”. La jornada de reflexión no será tal. El Gobierno y los partidos políticos mayoritarios, deciden suspender las elecciones hasta que el orden sea restablecido. Se forma un gobierno de concentración. Miles de personas detenidas y torturadas en los siguientes días.

A nivel local, ningún partido se ha presentado a las elecciones. Hace dos años que la alcaldesa ha dejado el cargo por incompetencia manifiesta y ante las continuas concentraciones de ciudadanos delante del Ayuntamiento pidiendo la dimisión del equipo de gobierno. El paro supera el 60% desde que desapareció la actividad minera en el 2013. La población se estabiliza en los 4000 habitantes siendo el 80% mayores de 60 años. El precio del carbón se ha duplicado y la gente ha optado por la gasificación. Los verdes están de enhorabuena, ya no hay rastros de contaminación medioambiental; ni minería, ni mineros, ni calderas, ni cocinas de carbón, ni la madre que lo parió. Desde el ayuntamiento y con la colaboración de los vecinos se ha construido una nueva ruta verde Villablino-Villaseca y se han aumentado los suicidios por ahogamiento en el rio Sil. Se han acabado los fuegos, los rebaños de cabras hacen su antigua labor de saneo de los montes. Se nota un repunte del “chabolismo”, las pequeñas huertas proliferan por el paisaje lacianiego y los “gochos” vuelven a llenar de gruñidos los pueblos por el San Martín.

Con otro frío invierno termina el 2015.

Así que nada; SALUD Y REPÚBLICA….. y sofá.