HABIA UNA VEZ UN CIRCO.....

Pues eso, que esto es un circo, o al menos lo más parecido . Que aqui hay de todo, como en cualquier buen circo que se precie. Está el AMO, las fieras, los payasos, los funanbulistas, los que bailan en el trapecio, y los currantes, si esos , los que traen, llevan , arman, desarman y todo por cuatro perras.

Todo iba regular, eso si con altibajos, una ayudita por aquí, una subvención por allá, hasta que llego esta puta crisis y lo puso todo patas arriba. De repente se cortaron las ayuditas y las cosas  comenzaron a liarse; los payasos cada vez más payasos, las fieras sin bocado que llevarse a la boca, y los currantes acabaron sustituyendo a los trapecistas y funanbulistas y bailando en la cuerda floja. Se dejaron de vender entradas y de entrar la pasta.

El AMO del circo, una especie de empresaurio lo más parecido al Tiranosaurios Rex, comenzó a maquinar una salida a la situación que ya se iba convirtiendo en insostenible. Las fieras rugian y abrian sus fauces constantemente, dándole a entender que estaban al límite y debería de buscar una solución. Y el Amo llamó a los payasos, considerando que serían los más adecuados para transmitir sus ideas y órdenes al resto del personal, más que por otra cosa por lo de la doble cara, lo que dijesen se tomaría con más o menos fortuna dependiendo de la cara de risa y el énfasis que pusiesen. Lo prioritario era reducir los costes y echar el circo a andar, y que mejor solución que darle otra vuelta de tuerca a los currantes que eran los que menos protestaban y, al fin y al cabo, si no estaban a gusto había cientos esperando a que comenzase de nuevo el espectáculo. Mejor eso que quitarles el bocado a las fieras.

Reunidos los  currantes con los payasos, estos les explicaban las excelencias del AMO, su peocupación por el devenir del negocio y de las familias que dependían de él. Debían de entender que el circo eran todos, que todos tendrían que arrimar el hombro y que no quedaba más remedio que hacer lo que Dios manda, y que en este caso lo que mandaba era trabajar más por menos, que esa era la única ecuación posible para poder hacer más sesiones y vender más entradas.

Pero nada; los currantes que eran peor que los cabestros  no lo acababan de entender, que querian saber entonces donde había metido el AMO la pasta de las ayuditas , las subvenciones y las otras mamandurrias. ¿ Como es posible que no entendais eso, con o fácil que es ? - explicaban los payasos- , El Amo dice que sin eso el circo nunca hubiese sido viable, que eso sirvió para comprar nuevos vehículos, buenos y nuevos asientos más confortables, para dar la carnaza a las fieras, para adquirir la nueva y moderna carpa, y sobre todo para pagar vuestros salarios y que no pasaseis hambre, que él es como una Madre para vosotros y que debeis de comprender la situación, y que si no la entendeis peor para vosotros por que ireis a la puta calle también, por que sobrais la mitad.

Hombre, visto así - pensaron y expresaron a viva voz algunos de los representantes de los currantes - habrá que hacer lo que dice, no sea que al final vaya a ser que eso sea verdad. Bueno, vale más pájaro en mano que ciento volando, que además fuera del circo hace mucho frio; decian otros.

Y puestas así las cosas, pensando que era lo menos malo determinaron por mayoría , y aunque muchos no estaban por pasar por el aro del fuego, aceptar lo que planteaban los payasos, aun a costa de hacer más sesiones, de vender palomitas y rifas y limpiar los excrementos de las fieras.

 Así fue como el circo duró unos pocos años más, se pudo levantar el telón y comenzar con la función.

 Colorin colorado este cuento se ha acabado, y todo parecido con la realidad es pura coincidencia.


SALUD Y REPÚBLICA.