A VUELTAS CON LOS CIELOS ABIERTOS.

En el tema de los cielos abiertos siempre surgirán las controversias, como no podía ser de otra manera. Unas veces por motivos políticos y otras por motivos personales. Yo he visto, como otros, cambiar de criterio a muchos vecinos y a menudo, pero siempre por intereses personales. Algunos, que en principio se oponían después a favor por que vendían sus terrenos en las brañas, otros para que metiesen a sus hijos a trabajar, los menos por cambios y ascensos de categorías. Los había y los hay aún porque así creen que se les garantiza llegar a la prejubilación.

   También los he visto cambiar de criterio del si, o mejor me callo, al no una vez que se han prejubilado, otros que" a mi no me mires, que yo no quiero saber nada". He visto a sindicatos decir primero que no y luego que sí, luego que si y después que no. Partidos políticos que siempre han dicho que no, otros que si, y también algunos que ahora si pero después no y ahora no pero después sí.

 Creo que los criterios políticos y sindicales están bien definidos, o sea, que nos damos por enterados de que es lo que defiende cada cual. Otra cosa es entrar ya en las disquisiciones personales ya que ahí las posturas son muy variopintas. Nunca se ha hecho una consulta o referéndum entre los vecinos para ver la fuerza que tenía el sí o el no, algo que quizás hubiese sido lo idóneo en un principio y que hubiese evitado muchos enfrentamientos.

Respetando todas las posturas, legítimas en un estado de derecho, lo cierto es que hoy los cielos abiertos están cuestionados por la Unión Europea, lo mismo que el carbón de interior al que ya se le ha puesto fecha de caducidad. Lo cierto es que el poco empleo o empleo residual que existe depende de él, y cierto es también que tiene fecha de caducidad. Así que todo está ya perdido.

De nada sirve  pelear o plantear un pleno municipal para hacer retroceder a esa Unión Europea que tan lejos queda y que no entiende de personas, ni de sacrificios, ni de paro, ni de Cristo que los fundó. Que lo único que contempla es el fin de las minas y el cumplimiento de la legalidad en materia de medioambiente, que en el poco probable supuesto de hacernos caso, lo que sucedería sería alargar un poco más la agonía de unos cuantos trabajadores a los que no se les presentan otras expectativas, porque los diferentes gobiernos de la nación nunca han apostado por las comarca mineras, y menos aún por la nuestra.

 Se que es muy duro, durísimo, quedar sin trabajo y más aún en esta época de crisis y de recortes salvajes, por tanto no voy a ser unos de los que me oponga a que se alcance alguna solución que permita compatibilizar el medioambiente y el derecho al trabajo, sin que eso colisione con otras expectativas de futuro para este Valle, si es que alguna se vislumbra y a medio plazo pueda ser una realidad.

Y creo que soluciones existen, el problema es llevarlas a cabo. No sería nada escandaloso continuar con las explotaciones en marcha ( que no otras nuevas) hasta que finalicen si se garantizase que la restauración  se hiciese de manera ejemplar y a la vez que se restaurasen debidamente todas las escombreras anteriores y actuales que asolan el Valle, sin olvidar el tratamiento y eliminación de las innumerables ruinas mineras que este empresario y los anteriores han ido sembrando a lo largo de estos años, ya que de no ser así continuarán “ per seculá seculorum” afeando el paisaje lacianiego. Y todo esto que he enumerado si que es incompatible con el turismo y el medioambiente, sin embargo como que pasamos de puntillas y nadie se escandaliza de semejantes aberraciones.

Puede ser que se entienda mal o que no se tenga información suficiente, pero el ligar la explotación de los cielos abiertos con la Reserva de la Biosfera, planteando a la vez que son incompatibles no es cierto. Los cielos abiertos ya existían cuando se logró esa figura o título; es más figuran los núcleos explotables y las zonas intocables, es decir la de alto nivel medioambiental. Ese título es revisable y si no se cumplen los compromisos y objetivos planteados puede ser desposeído, y eso en las actuales circunstancias podría ser poco menos que catastrófico.

En fin, que el panorama en el Valle pinta tanto o más negro que el del carbón y mientras tanto nos entretenemos en disquisiciones que lejos de llevarnos a ninguna parte lo que hacen es olvidarnos y desvirtuar el objetivo, que no es otro que buscar soluciones e ideas desde todos los ámbitos para salir del enredo en que nos encontramos. Igual en uno de esos Viernes Negros del Consejo de Ministros les entra un ataque de estupidez y vuelven a apostar por nuestros pueblos y gentes invirtiendo aqu lo que no han hecho hasta ahora.

SALUD, TRABAJO Y REPUBLICA.