ELLOS, SIEMPRE ELLOS

Ellos nos quieren como somos mejor dicho, 'como nos han fabricado'. 

Les gusta que nuestros niños estén siempre entretenidos, felices, con los juguetes fetiche de lo que serán sus aspiraciones el dia de mañana: coches, casitas, balones, barbis o pistolas.

Les encanta que los adolescentes compitan en todo, empiecen a comprar ropa y zapatillas de marca, vayan 'a la moda', tengan consolas, móviles, y consuman coca-cola porque todo lo fabrican ellos.

Les gusta mucho que los jóvenes aspiren al éxito, presuman, con el 'ego inflado', girando en su dedo las llaves del primer coche donde pasear a su primera novia, su primer trofeo de carne y hueso.

Ellos disfrutan viendo como compran-tiran todo tipo de aparatos electrónicos, cómo cambian a menudo de móvil con los que ansían comunicarse para decirse siempre lo mismo,  es decir nada. Están encantados porque los fabrican ellos e incluso los controlan.

Les gusta que estudien ilusionados profesiones que ellos han diseñado para su aparato de producción, que las aprendan sin preguntarse 'por qué' ni 'para qué', solo que aspiren al puesto compitiendo 'a muerte' con sus propios compañeros. 

Están encantados con los proyectos de bodas y bautizos, con los sueños de 'tendremos', 'compraremos', 'iremos'. Lo están porque todo lo venden ellos.
Les gusta que, después de producir bienes sin preguntarte el objetivo, llegues con tu hipotecado coche a tu hipotecada casa, cansado y sumiso, enciendas la TV y esperes allí, pacientemente y en familia, 'nuevas instrucciones'. El mando a distancia da una sensación de poder que oculta algunos defectos de la gran estrategia.

A ellos les fascina que te creas todo lo que te cuentan en los medios, informaciones manipuladas, falsas, fatuas, intranscendentes, y coincidentes en prácticamente todos los medios, porque al fin y al cabo, son todos de los mismos.

Ellos están felices de que todos se sientan patriotas, defensores de 'lo suyo' y sean capaces de defenderlo con las armas si llegara el caso. Y son felices porque ellos han creado las patrias, las banderas, las armas y las guerras para vendérselas.

Ellos no descansan, nos nacen, nos crecen, nos manipulan, nos explotan, nos mienten, nos exprimen y, al 'final del proceso', nos apartan y nos matan.

Ellos están encantados de que seamos como somos: estúpidos.

Lo que más  horroriza de esta crisis no son los daños que nos causará como sociedad los cuales ya no son futuro, son presente. Lo más terrible es que no se ven soluciones, ni ideas, ni esperanza, la única vía que nos plantean es el ir a peor y no se puede llamar solución a nada que acabe con un estado social.

El “gallego” dijo: quiero para España, lo mismo que está haciendo Camps en la Comunidad Valenciana" y al final fue la única promesa que ha conseguido cumplir.

Mientras tanto continúa, sin visos de solución inmediata, el conflicto del carbón, y el gobierno de esta dictadura que nos asola, sin querer escuchar.

SALUD Y REPÚBLICA.